miércoles, 6 de octubre de 2010


La economía masculina

Ir al mercado, comprar ropa, comida para el perro, pagar los celulares, ir al cine y a mc donalds cada vez resulta más doloroso. Mis bolsillos están pidiendo a gritos que deje de generar deudas innecesarias. Pero más que el hueco en mi pantalón, la persona que me atormenta es mi novio.
Que deje de gastar, que no me compre tanta ropa, que adquiera las películas en la feria y que coma en casa o me arme una biandita (bian-da, si bianda, con las miles de casas de comidas que hay, olvidate! vivimos en el siglo XXI), son algunas de las recomendaciones que me veo obligada a escuchar a diario.
¡Stop! no voy a negar que soy una compradora compusiva, que si veo algo que me gusta lo compro, que soy amante de las vidrieras, las últimas modas, los helados con crema, el doble cuarto libra, las sandalias rojas, los gorros de pana y los saquitos de hilo, pero tampoco es para que me digan qué es lo que tengo que hacer o dejar de hacer con mi dinero.
Para el hombre todo es mas cómodo. Claro, no tiene que pagar un tercio de su sueldo en la depiladora, total si están peludos o no, no le importa a nadie, pero si a nosotras se nos azoma algún bello esporádico, somos las peores, las más sucias, las cochinitas, etc. Ni hablar de los perfumes. Si hay un gasto fijo en el mes son los perfumes. Amo tener miles de frasquitos de diferente forma, color y tañano, aunque siempre termine usando el 212 de Carolina Herrera. Pero ellos no, claro, con suerte usan el desodorante "axe" que es malísimo y su fragancia me provoca dolor de estómago.
Si hablamos de películas, no hay mejor opción que ir al cine, lugar romántico si los hay, ideal para nosotras, donde nadie toca el timbre, no nos está esperando el pilón de ropa para planchar y no tenemos a los susodichos gritándonos desde la ducha porque se olvidaron de llevar una toalla. Pero si hay que empezar a cortar viveres nos sacan uno de los placeres más lindos que tenemos. ¿El fútbol? no, ni hablar. Eso no se toca obviamente, la cuota de socios aumenta pero sí, está bien, no hay problema que la suban más, sobretodo si le renuevan el contrato a Román Riquelme, ¿no?.
A lo que le quiero dedicar un párrafo aparte es a la compra de ropa. Se pueden meter con todo hasta con la comida de "Firulais" (ahora quiere que coma "dogui", el "pro-plan" no está creado para nuestro escaso presupuesto), pero con mi atuendo no!!! ¡¡¡No se lo voy a permitir!!! el hombre debería entender que la ropa es la creación más hermosa que nos pudieron regalar, que cada prenda es parte de nuestra vida y que cada nueva adquisición nos saca una sonrisa, nos devuelve el autoestima y nos genera más confianza.
Les exigiría que comprendan que si para ellos no es importante, sí lo es para nosotras. No estamos acostumbradas a andar siempre con la misma ropa, nos encanta que se den cuenta sobre nuestra nueva vestimenta, sobre todo si nos queda bien y nos disimula esa grasa abdominal.
Este mes mí y su sueldo estará a mi gusto y piaccere. Y sí, si piensa que soy una mala administradora, que lo piense con razón. Tendría que valorar mi sacrifico por mantener la plata y llegar a fin de mes, ver cómo resigno miles de marcas ultra top por aguantar y ser víctima de los gastos de esos puchos asquerosos (con cinco atados de cigarrillos me compro una remera, ¿no lo ve?), por los faroles nuevos del 147 y por esos discos de rata blanca que solo él los debe comprar.
¡Sí, quiero eso! Es más, en este momento ya estoy poniéndome los tacos altos para irme de shoping y a la noche que él se prepare la biandita o coma la comida de Firulais y vea la película horrible en vcd. Yo me fui a mc donalds y al cine trasnoche!!

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